Descripción
El dolor, la vida, la vocación, los consumos, el acto, la trama familiar producen un entramado conceptual que contribuye a la reflexión clínica en general y el lugar del médico en particular. En el proceso de formación de un médico es esencial, comprender el cruce entre el cuerpo y el saber. El médico sabe que es médico, pero no es médico porque sabe. Se ubica en un lugar de autoridad muy devaluado hoy pero, sabe que es médico porque, a pesar de todo, se le demanda. Se le pide, se le solicita algo desde el inicio de los tiempos. Nos dirigimos hacia el médico para obtener, sencillamente, una respuesta. En muchos casos esta respuesta no es más que la apertura hacia una pregunta, siempre singular, atrapada entre sufrimiento y satisfacción.