Descripción
Flamenco, tango y fado son vehículos de la gracia. Tocan lo más profundo del ser, inesperadamente. Hablamos de extraña profundidad, de dolorosa alegría. Los tres relegan el lenguaje al cajón de las herramientas inútiles, así de incapaces son las palabras de reflejar lo inenarrable. El verdadero lugar-estado de consciencia en el que ejercen es una encrucijada entre lo inmanente y lo transcendente.