Descripción
Una de las características culturales de esta época es la poca importancia que se le presta a los mitos en la vida cotidiana. No los reconocemos como formas de expresar verdades significativas. Erróneamente separamos el mito del conocimiento analítico a priori, y viceversa, cuando en realidad incluso la ciencia moderna los emplea para comunicar sus teorías abstractas. Luego tenemos ejemplos de ficciones como el éxito; la inmortalidad conseguida a través de la fama; la magia tecnológica y el progreso infinito. En ese sentido Mesetas de espejos es un libro de imágenes, de reflejos (individuales y colectivos) que a través de relatos y fábulas intenta darnos alguna idea de donde estamos en la Tierra y donde podemos terminar. Las mesetas, lo que serían capítulos o aforismos en otros libros, funcionan como vectores de intensidad(es) intelectivas y emocionales, conectables unas con otras, o no. Es decir, Mesetas de espejos no es lineal, pero sí coherente y personal; un texto que dialoga con obras literarias, cine, política, filosofía y arte. A veces nos recuerda a Virgilio Piñera, Italo Calvino o Henri Michaux, pero siempre en su propia voz.