Descripción
Dentro del debate orientado por la premisa esto reemplazará a…, o esto matará a…, uno de los temores más grande tienen que ver con la muerte de la palabra, en un momento donde, se supone, las tecnologías están entre una de sus grandes amenazas. En un comienzo la vida, el cosmos y el destino de los hombres dependía de la palabra, y como en la actualidad es la palabra la que depende de muchas circunstancias. En un recorrido, por demás fascinante, nos muestra ese poder que tenía la palabra inicial, mítica y poética -el cual fue rescatado en el siglo XX- y cómo últimamente se ha debilitado, ha perdido su sensualismo, su fuerza realizativa, a lo que se llama performatividad insuficiente, pero cómo a su vez, las tecnologías de la información y la comunicación prometen su revitalización. Sin embargo, se aclara que la conciencia y la sensibilización por las palabras no se adquiere con el estudio científico del lenguaje y con el hecho de estar flotando (o navegando) de manera mecánica, apresurada y automática en el archipiélago de las tecnologías. Pues “las palabras nacen, se cultivan, se fortalecen, se debilitan y mueren, de acuerdo con el cuidado, conciencia y la clase de trabajo (vital, creativo, poético o teórico) que haga el que las usa o tiene que ver con ellas”.
Es un libro importante para volver a tener una conciencia profunda por la palabra, como si fuera la palabra inicial. Sin duda, el trabajo más urgente y necesario que hay que hacer con el lenguaje. De él dependen los verdaderos destinos de la palabra.