Descripción
La inteligencia emocional y la pedagogía de la Religión suponen un recorrido que la persona desarrolla a lo largo de toda su vida. Las emociones, por lo tanto, son un condicionamiento de la actitud, que pueden contribuir a desarrollar y potenciar la inteligencia trascendental en el proceso formativo basado en el autoconocimiento y desarrollo del yo espiritual. En este aspecto, la inteligencia emocional debe ser aplicada tanto en el docente o formador como en el educando, pues es una realidad que ayuda a gestionar el proceso interiorizador y educativo del hecho religioso.Para que la docencia religiosa sea eficaz, debemos tener en cuenta que además de la capacidad de inteligencia, existen numerosas aptitudes que influyen esta pedagogía tan particular. Por ello, habrá que despertar las emociones trascendentes y espirituales de forma adecuada y que estas ayuden a desarrollar a aquellas.