Descripción
Aprender a escribir es el acto más humano, más igualitario y más importante en la vida de una persona y, por tanto, enseñar a escribir es el acto más generoso, siempre y cuando haya la conciencia clara de que la escritura convierte al esclavo en libre, al obediente en rebelde, al dependiente en autónomo. Enseñar a escribir es caminar en la sublevación del espíritu, que se logra cuando se piensa por cuenta propia y los pensamientos pueden ser guardados como memoria de la sociedad. Escribir no es reproducir signos, frases y textos en un cuaderno. Solo se escribe verdaderamente cuando se ejerce el poder de perpetuar el pensamiento propio, cuando la palabra escrita comunica el sentimiento, cuando el texto fijado en el papel se usa para cambiar el mundo. Por eso sólo se enseña a escribir verdaderamente cuando el maestro o la maestra ven en sus alumnos s esos seres humanos capaces de producir pensamiento propio, ideas audaces, deseos independientes, relatos, recuerdos significativos: cuando todo esto florezca en los niños y niñas será fácil aprender la mecánica de los signos.
Aprender a escribir en el mundo contemporáneo exige conocer los nuevos lenguajes de la comunicación: la ilustración, la fotografía, el video, la radio y los hipertextos que circulan a través de Internet. Este es un nuevo reto que debe ser asumido por las instituciones educativas, si quieren ofrecer a los estudiantes la oportunidad de participar en el desarrollo del mundo en el que les ha correspondido vivir.