Descripción
Una educación de calidad le debe apuntar tanto a los procesos como a los resultados, atendiendo la diversidad de contextos de partida de sus estudiantes, prestando atención a los factores de exclusión y fomentando las actitudes y compromisos de inclusión. Una institución educativa será eficaz en la medida en que maximiza sus potencialidades para lograr transformaciones de calidad en sus estudiantes y en el medio social donde interactúa. Esta obra presenta una urdimbre conceptual y metodológica de gran interés para los actores del proceso educativo, incitándolos a crear sentido en torno a la calidad de la educación y a redescrubrir las grandes potencialidades que tienen las instituciones escolares que muchas veces permanecen ocultas por carecer de procedimientos que les ayuden a identificarlas. Se trata de una apuesta por la autoestima institucional y el autoconocimiento y para ello la propuesta es la autoevaluación institucional permanente, fundamentada en la investigación, la cual permite evitar la improvisación, la trivialidad y el dato seco registrado en formatos para su instrumentalización. Cada capítulo es una propuesta de trabajo cooperativo en la reflexión para la acción y la transformación.