Descripción
Soy un profesional de la Agronomía que, en el lapso de medio siglo, he gozado del privilegio de haber vivido, día tras día, rodeado de la madre naturaleza, observando los milagrosos fenómenos físicos y orgánicos que en forma asombrosa ocurren en el reino vegetal y animal. No hemos podido menos que inclinarnos con asombro, máximo respeto y reverencia ante la Infinita sabiduría con la que fué creada la más que obvia «Inteligencia natural», y que en forma escueta llamamos «instintos» o «fenómenos» de la «madre natura».Es maravilloso presenciar las miles de maneras en las que el reino vegetal, en forma simbiótica, directa o indirecta se convierte en la principal e imprescindible fuente de vital subsistencia para todos los seres que gozamos de la milagrosa vida.Por lo anterior, hemos creído oportuno escribir estas sencillas notas no de corte Científico, Filosófico ni Teológico, sino para exponer «simplemente» que nosotros, seres humanos, necesitamos más que nunca antes, comprender que el camino más expedito para encontrar nuestro balance y razón de existir, es aceptando que todo lo que ha sido creado no solo es de naturaleza indudablemente física, sino que también contiene una obvia naturaleza espiritual, invisible que no puede ser estudiada a través de frías fórmulas Biológicas, Orgánicas o Matemáticas sino además con amor, gratitud y fe.Necesitamos convivir compartiendo CIENCIA Y FE paralelas y recíprocas, no contrarias.