Descripción
La dimensión lúdica del juego, como experiencia cultural atraviesa toda la corporalidad humana. Es así como se produce una gran cascada de moléculas de la emoción que afectan al ser humano a nivel síquico, social, cultural y neurofisiológico. En este sentido, el juego se puede considerar como el espacio más corto que hay entre el reino de la posibilidad y el reino de la libertad. No obstante, en las experiencias lúdicas como el juego, es donde mayor secreción de sustancias endógenas se producen, como la dopamina, la serotonina, la noradrenalina, la acetilcolina y las endorfinas que se encuentran asociadas según la Neuropedagogía, entre muchas otras cosas, a la felicidad, a la salud, al goce, a la euforia, al afecto y al placer que proporcionan al ser humano el impulso lúdico cognitivo necesario para que se produzca el proceso de comprensión, tan necesario en el acto de aprendizaje humano.