Descripción
Cuando los valores son adquiridos a través del desarrollo coherente y permanente de actitudes, éstos se reestructuran con la personalidad y se pueden transformar en capacidades propias. La persona se va capacitando para ser solidaria, responsable, autónoma, independiente, sensible.Las actitudes no pueden ser aprendidas, sino desarrolladas, procesadas en la estructura personal. Se podrían definir como un subsistema organizado dentro de la personalidad que ha ido configurando a lo largo de la vida y que predispone a pensar, actuar y comportarse de forma previsible, coherente y estable.