Descripción
Desde un comienzo, desde Freud en Tres ensayos para una teoría sexual, el psicoanálisis ha sido revulsivo y perturbador para las ideas consagradas, las establecidas por la biología y acordes con el sexo bíblico; aquellas que dicta la naturaleza o las que Dios manda a los fines de la reproducción de la especie.En tal sentido, Freud abrió el campo de la sexualidad humana a su realidad psíquica, más allá de lo biológico, por lo que la recreó otorgándole una amplitud insólita y planteando su precocidad estructural, su desfasaje respecto del desarrollo corporal, así como postuló el polimorfismo de las pulsiones parciales, ajenas al supuesto fin genital totalizador, nunca alcanzado como tal.Digamos también que tuvo el valor de teorizar a contramano de prejuicios que él mismo tenía en su investigación. Lo que descubría iba más lejos que él.Al respecto, su teoría de la sexualidad perversa polimorfa y parcial, bien puede leerse como el germen de la idea de diversidad sexual, con sus variadas formas de género y orientación, a diferencia de la estrechez de miras biologista, limitada al fin genital heterosexual y reproductivo.