Descripción
El siglo XX encontró una Colombia igual a esa eterna España de Felipe II, donde Iglesia y Estado se confunden y entrelazan. El Partido Conservador vio peligrar sus privilegios y su manejo hegemónico del Estado por las teorías liberales, y bajo el amparo de Cristo Rey adoctrinó al campesinado conservador y a la policía oficial para que a sangre y fuego exterminaran al campesinado liberal, ya mayoría en las urnas. Este se defendió, y la geografía colombiana fue arrasada por una ola de terror conocida como La Violencia. Un hombre amante de la soledad y del caballo, de los paisajes y parajes colombianos, no temió a esa barbarie y en medio de ella luchó por alcanzar sus sueños. Y en el horror de la lucha fratricida encontró el amor, perfecto y eterno pero imposible.