Descripción
Él siempre inclina su oído hacia los que lo llaman y pone su mano a nuestro alcance, es el Dios pleno de grandeza y majestad, lleno de gloria y esplendor que durante mucho tiempo conocí solo de oídas, pero que en el mejor día de mi vida llenó mi corazón para que sintiera lo inconmensurable de su amor por nosotros, sus hijos. Lo mundano de la vida puede empujarnos hasta el borde del abismo y hacer que la duda entre en nuestros corazones, y tal vez hasta motivar que cuestionemos el amor de Jesús, pero si a viva voz lo invocamos y le pedimos que intervenga, la mano del Todopoderoso se moverá a nuestro favor y sabremos cuán importantes somos para ÉL, que existe, que es real, que nos escucha y es tan cercano como el aire que respiramos. Del tesoro recibido es de lo que doy testimonio. No hay nada de ficción, solo relato mis experiencias y meditaciones, sucesos de mi vida y herencia de mis generaciones. Son las huellas de mi caminar cristiano. ¡Poderoso y misericordioso es mi Señor!