Descripción
Siguiendo a Kalache y Keller (2001) se puede afirmar que el principal logro del siglo pasado fue la supervivencia de las personas, el del siglo XXI será conseguir una calidad de vida lo más óptima posible, con el objetivo actual de que más adultos llegan a la tercera edad, con la preocupación de asegurar que ellos gocen del más alto nivel de bienestar y de calidad de vida posible. Cada vez más, se hace importante y necesario medir la calidad de vida de la persona, pero más si cabe cuando se trata de valorar el bienestar de nuestros mayores. Fernández-Garrido (2004) señala en relación a este aspecto, que la aplicación de herramientas para la valoración de la Calidad de Vida Relacionada con la Salud en las Personas Mayores (CVPM), en especial de aquellos que habitan en recintos residenciales, se hace aún mucho más necesaria, pues su medición puede ser utilizada tanto para la evaluación de sus necesidades personales (nivel de salud, atención a la dependencia, etc.), como para el conocimiento de los niveles de satisfacción con los servicios del centro (personal, recursos y actividades de la residencia), e incluso podría utilizarse para analizar su relación con la formulación de políticas nacionales e internacionales dirigidas a la población mayor (programas asistenciales, recursos sociales, presupuestos económicos, etc.).