Descripción
He notado que la incapacidad de manejar las emociones o comunicar eficazmente lleva a menudo a conflictos no resueltos y repetitivos entre los alumnos, a una moral baja y una productividad reducida. Pronto comprendí que no podemos aprender sin prestar atención a nuestras emociones. No sólo eso, sino que no conozco a nadie que pueda aprender sin una relación positiva. Aprendemos de la gente que nos importa; y, sin embargo, de alguna manera hacemos como que eso no tuviera importancia en la escuela.